Pues ya comenzó todo.
Comenzó esta Semana Santa que se nos ha echado encima sin avisar, y lo ha hecho como siempre, con comentarios de todo tipo en torno a lo sucedido en la jornada de ayer, en la que hubo un gentío en sitios inesperados, y escaso público donde otrora no se podía ni andar.
Así, las salidas fueron en general menos tumultuosas, salvo quizás la del transporte, donde a lo mejor hubo el lleno de siempre, pero sorprendió el escaso acompañamiento a Las Angustias en Higueras, o al palio de la Coronación en un sitio tan emblemático como Bizcocheros.
En cuanto a las cofradías, bien la Borriquita, aunque quizás extraño que cada paso ande a una velocidad distinta, eso sí, bien cada uno en lo suyo, pero eso, cada uno también a lo suyo.
El Perdón, por su parte, volvió a dejarnos una mezcla rara de sentimientos, ya que gustó la subida por Carpintería y el paso posterior por Santo Ángel y Tornería, pero dolió un año más que a las nueve y media estuviese todo el 'pescao vendido'.
El Transporte, como siempre, nos trajo desde la Merced su inconfudible estela antigua, con un misterio poderoso, y un palio coqueto que lució orgulloso el estreno del bordado interior de sus bambalinas.
La Coronación, por su parte, también dejó detalles de calidad, al hilo de su hechura de cofradía grande, aunque nos gustó más el repertorio musical del paso de misterio que el del palio... y por último Las Angustias, ¡que gran cofradía!, tintó los primeros bosquejos de cofradía de negro en San Miguel, por donde su paso pudo ser una de las mejores referencias de la noche.
Y así sucedió todo, eso sí, debiendo señalar un par de detalles: de una parte, que las cofradías se plantaron en la calle con una elegancia exquisita y una planta extraordinariamente cuidada y responsable... y de otra, que da gusto ver cómo se ha evolucionado en lo musical. Una auténtica gozada escuchar lo que hoy se escucha...
Fuente: www.cofrademania.com
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